Louis-Antoine Luyt Gorda Blanca 2017

Un bus puede llamar la atención no siendo nuevo precisamente. Aquí lo importante no es la chapa lustrosa, ni la tecnología de última generación. Tras él hay una buena cantidad de años e historia. Con los itinerarios de los buses antiguos de Santiago de Chile, una imagen muy popular en este país y un usual para el hombre de a pie, el viticultor independiente francés Louis-Antoine Luyt hace un homenaje a un pasado no muy lejano. Una imagen que viste la etiqueta de su orange wine Louis-Antoine Luyt Gorda Blanca y con el que hace referencia a la cultura popular del país. Y aunque Louis-Antoine Luyt no es para nada chileno, deposita todos sus conocimientos adquiridos en su Francia natal para conseguir unos vinos que irradien el espíritu terroir.

Este Louis-Antoine Luyt Gorda Blanca procede concretamente de unos viñedos de 250 años de antigüedad que se encuentran en el pueblo de Guarilihue en la región del Bío Bío, en la Región vitícola del Sur (Chile). Son cepas de moscatel de Alejandría plantadas en suelos graníticos de arcilla roja, cultivados sin productos químicos y totalmente a mano. En bodega las uvas maceran durante 4 días con los hollejos en depósitos de acero inoxidable. Después se prensan y el vino envejece sobre sus lías gruesas durante unos 6 meses en depósito de acero inoxidable. No se le añade sulfuroso en ninguna etapa y el vino se embotella sin clarificación ni filtración.

De esta manera, Louis-Antoine Luyt Gorda Blanca no es únicamente una oda a la cultura del pueblo y al terroir propio de Chile, sino también es una prueba fiel de que fuera de Europa también existe un movimiento en defensa del vino natural.